Ay… ¡Aquella mujer! Estaba siempre presente en la vida de quienes
la conocían! Era emocionalmente avasallante, besaba con convicción, lloraba sin
ocultar, el insulto era el camino de la liberación, así como declarar su verdad.
Su opinión era amplia sobre todas las cosas y estaba por encima de todas las
demás. Quienes la querían la llamaban Madreselva,
apodo simpático que personificaba a la
invasiva enredadera de su propio patio metiéndose donde no debía.
Contradecirla ocasionaba una guerra,
y el peor de los perjudicados era su marido. Aquel hombre era su
continente, él administraba cautelosamente
las acciones desbordantes y grandilocuentes de su mujer. Su amor por
ella, sin lugar a dudas, era lo que hacía posible semejante sacrificio. Ay… ¡Aquella mujer! Sin esfuerzo alguno solía
taladrar los cerebros ajenos sin percatarse siquiera por un instante que el
suyo era el más perjudicado, pero siempre lo hacía con amor. Así entendía ella
el amor, marcando el rumbo del cual estaba prohibido desviarse, decretando y reglamentando. Aquél hombre, para
aquietar su energía, solía tomar su rostro entre sus manos, besarla en la frente
y luego acariciarle el pelo, no osaba brindar una sonrisa ante sus dichos por
no ocasionar un mal entendido y una indeseable reacción. Ay… ¡Aquella mujer!
que en su fibra más íntima y oculta sopesaba por instantes de calma lucidez la
temible posibilidad de cansar a su marido.
Sin poder guardar su perturbador pensamiento, aquel día, fue hasta la cocina donde él se encontraba y lo enfrentó... con su incontinencia verbal
intimidándolo a que contestara su duda, entonces aquel hombre, una vez más volvió
a tomar el rosto entre sus manos, beso su frente, acarició su pelo y sin
preocuparse esta vez por mostrar una amplia sonrisa dijo sin preocupación: No
estás equivocada. Después de eso armó su valija y ¡Ay, Ay!.. se fue escuchando los
exabruptos de ¡Aquella mujer!
Muy buen relato! Excelente la presentación de la protagonista en acciones. Me gustó, me gustó! Aplausos. Y la actitud de su hombre... un maestro!!!
ResponderBorrarHoola Lidia!! Gracias por el comentario!! Hombres con tanta paciencia y amor no son fáciles de encontrar, y ella que lo había encontrado UNO no pudo manejar sus emociones!! ...y bien el dicho... la paciencia tiene un límite jajaj
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